Cómo lograr descansar en un albergue
¿Vas a compartir dormitorio en un albergue céntrico? Aquí te decimos como asegurarte de poder descansar sin importar lo que se levantan a hacer otros compañeros mochileros…
1. Reserva una habitación privada (o casi privada)
Es bastante obvio que una habitación privada te da un poco más de control sobre el ruido, las luces, etc. – sin embargo a menos que te la hayas agenciado para encontrar un albergue con paredes a prueba de ruido, aún así serás capaz de escuchar lo que está sucediendo fuera. Optar por una habitación privada es menos caro de lo que podrías pensar, especialmente si escoges un albergue menos céntrico o te juntas con otros amigos para reservar una habitación con baño de tamaño mediano.
Básicamente, si realmente te importa dormir no te abalances a reservar una cama en el dormitorio más barato que encuentres - sopesa tus finanzas y las tarifas del albergue y mira lo que puedes permitirte.
2. Prepárate
¿Qué haces cuando estás tratando de descansar un poco en un vuelo nocturno? Coges el kit de aseo y sacas los tapones y el antifaz. Haz lo mismo en el dormitorio. Si sabes que tienes el sueño ligero y no puedes permitirte una habitación privada, invierte en unos buenos tapones de oídos reutilizables - será mucho menos problemático que volver a tratar de darle forma a los tapones desechables o a los de silicona. En cuanto al antifaz, conserva el que te den en el avión….
3. Establece una buena rutina
‘Rutina’ suena como el beso de la muerte para un viaje de mochilero. Pero no estamos hablando de hacerlo cada noche – solo aquellas donde no te vayas de fiesta y quieras dormir un poco. Toma una ducha antes de irte a la cama; prepárate una taza de té de hierbas o chocolate caliente (sin cafeína obviamente); lee en silencio durante una hora. Cualquier cosa que funcione.
4. Haz que puedas sentir el dormitorio como si fuera tu habitación
Algunos viajeros pueden dormir en cualquier sitio con un colchón, pero si eres un poco más insomne podría ser que llevarte algunas cosas de casa te ayuden. Haz lo que puedas para que ese espacio donde vas a dormir se sienta familiar – alinea libros contra la pared, ata collares y bufandas en el marco de la cama… incluso hemos visto viajeros adornar su cama con sus peluches favoritos. Una vez más, haz lo que te funcione. Puedes también poner fotos, pero sé cuidadoso con usar tachuelas; no querrás dejar marcas grasientas en las paredes del dormitorio.
5. Ser persuasivo
Los dormitorios de un albergue son espacios compartidos, y los espacios compartidos implican negociación. Haz amistad con los otros viajeros con los que compartas habitación – podrías encontrarte que a cambio ellos estén dispuestos a darte algo de paz y tranquilidad si se los pides cortésmente (o firmemente) Eso sí, ¡no empieces a hacer un montón de demandas tan pronto como llegues!